Es normal sentirnos mal a veces, somos personas y tenemos emociones. Sería muy injusto exigirse a uno mismo estar siempre bien. Las diferentes circunstancias de nuestra vida nos harán sentirnos mal en algunas ocasiones, ya que la vida no estará libre de momentos dolorosos, como enfrentar la pérdida de un ser querido, un hecho inesperado, etc.
Estar mal se convierte en un problema cuando pasamos la mayor parte del tiempo sintiendo emociones negativas, ya sea ansiedad, tristeza, ira, o incluso indiferencia.
La forma en la que interpretemos el mundo va a determinar de qué forma nos sentimos en cada momento. Hacer una evaluación lo más real y objetiva posible va a ser una ventaja muy grande a la hora de enfrentar situaciones difíciles.
Responde las siguientes preguntas:
¿Sientes a menudo nerviosismo?
¿Sientes que la mala racha no va a pasar?
¿No sientes ganas o energía para hacer cosas?
¿Ha cambiado tu sueño? Ya sea dormir más o menos que de costumbre
¿Ha cambiado tu apetito?
¿Tienes más preocupaciones que de costumbre?
¿Te cuesta más trabajo que antes concéntrate?
¿Has perdido la ilusión por cosas que antes te gustaban?
¿A veces sientes temblores en tu cuerpo?
¿A veces sientes taquicardia?
¿Últimamente es fácil hacerte enfadar?
¿Sientes a veces ganas de escapar?
¿Sientes dificultades para controlar las preocupaciones?
Si has respondido si a varias de esas preguntas puede que estés atravesando un momento difícil en tu vida y debas pensar en tomar medidas. Cuando empezamos a notar un malestar relativamente elevado se recomienda buscar ayuda profesional para tratar el problema con la mayor brevedad posible, ya que esto ahorrara tiempo y sufrimiento a la persona.
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